El Municipio

El municipio de Abaí

ABAÍ, LA ÚLTIMA PARADA.

Municipalidad de Abaí

A unos 258 Km de Asunción, entre serranías y una gran planicie, se encuentra la progresista ciudad de Abaí, el distrito con mayor superficie del sextodepartamento y unos de los mayores productores agrícolas del país. Entre paisajes de bellezas sin igual, y adornado por el armonioso fluir del arroyo Capi’ybary.

Un ramal de la Ruta 8, Dr. Blas Garay, es la que conduce hasta Abai desde la capital. El desvío se encuentra a un kilómetro de la ciudad de Ñumi, pasando por los distritos de Gral. Garay, José Fassardi, Gral. H. Morinigo, San Juan Nepomuceno, y finalmente hasta la ciudad de Abai.

El distrito de Abaí limita con los municipios de Gral Higinio Morinigo, San Juan Nepomuceno, Tavai, José Fassardi, San Cristóbal, Paso Yovai, J. Eulogio Estigarria, Repatriacion y Juan E. Oleari. La razón por la cual limita con tantos distritos, es la inmensa extensión geográfica. Abai es el distrito más grande del sexto departamento, Caazapá, con una extensión de 2018,1 Km2.

El Río Capi’ybary separa al distrito del Departamento de Ca’aguazú, el Río Monday y el Río Ypeti son limites naturales con el departamento de Alto Paraná.

Varios arroyos se encuentran dentro del territorio como el Arroyo Capi’ybary Guazú, Chakira, Yñe’ê, Cristal, Ypeti Guazú, Ypeti mi, Tarumá, Cecina, Capi’itindy, Morotî, Yaguacuna, Tacuara, Itá, Arroyo Guazú, Mbaya y Mbariguí.

La Cordillera del Ca’aguazú se extiende en una larga franja que separa a la «zona alta» de la «zona baja», en donde se encuentran cerros como el Gavilán, Mboreví, Caraguatá, Chiní y San Rafael.

Los primeros datos de la existencia de Abaí, datan de los principios del novecientos, cuando era parte del distrito de San Juan Nepomuceno.

Los primeros pobladores fueron obrajeros contratados por José Fassardi, un italiano visionario. Rico no solo en lo económico, sino también en voluntad, instaló en 1887, junto con Portaluppi, otro inmigrante italiano, y Espinoza -quien, dicen, era paraguayo- un enorme aserradero mecanizado como parte de una gran carpintería y mueblería que funcionaba a vapor, ubicada en las cercanias del Ybytyrusu, pueblo donde aún sigue en pie aquella estructura y el cual lleva su nombre, “Estación José Fassardi”, antes conocido como “Km 37”.

La firma Fassardi Ltda. S.A. Forestal y Agropecuaria, adquirió 372.000 hectáreas de bosque, entre ellas, todo lo que hoy conocemos como distrito de Abaí.

El paraje “Ka’aguy Juru”, como se le conocía en principio por ser la boca de entrada al monte, era una zona boscosa, con árboles nativos como el lapacho, el cedro, Ybyra Pyta, entre otros, que impulsaron a empresarios como Fassardi, Espinoza y Portaluppi a instalar entre 1914 y 1915 un aserradero con motores a vapor, que también generaba luz eléctrica, siendo como una sucursal de aquel gran aserradero.
Quizás, las influencias de Fassardi, hizo que en 1918, el Ferrocarril Carlos Antonio López llegase hasta Abai, en principio, para el transporte de maderas y de obrajeros al gran aserradero de “37”, luego en calidad de medio de transporte para pasajeros, construyéndose una terminal de trenes, siendo parte de un proyecto que enmarcaba el camino ferroviario hasta Fox de Yguazu, la cual nunca llegó a su fin, quedando Abaí como la “última parada”.

Abai era una zona hostil, boscosa y esteral. Los intrépidos obrajeros, que se encargaban de cortar los árboles, con hachas y machetes, y de llevarlos hasta el gran taller de Fassardi en carro, se enfrentaban a varios peligros, como animales salvajes, propios de bosques vírgenes. Pero eso no era todo, habría que tener aún cuidado porque en el bosque habitaban pequeñas criaturas, con destrezas increíbles, capaces de olfatear a las personas adentradas en el bosque, “volaban” de árbol en árbol. Al principio pensaban que se trataba de una especie de ser mitológico extraño, a los cuales les llamaron “ava’i”, por su contextura física. Pero no se trataba de ningún caso “paranormal”, eran un grupo de nativos autóctonos. Rápidamente a la zona se le conoció como Ava’i, hasta hoy.

Hablar de Abaí, sin mencionar al ferrocarril es una situación nefasta, ya que forma parte indeleble de su historia. Vagones llenos de soldados Abaienses tomaban rumbo al Chaco para defender a la patria en la Guerra del Chaco (1932-1935) a las órdenes del entonces Cnel. José Félix Estigarribia. Jóvenes, valientes y gallardos abaienses como, Juan José López, Alfredo Montiel, José Dolores Galeano, Simeón Barreto, Justo Acosta, Cleto Escurra, Francisco “Pancho” Ferreira, Narciso “Chicho” Vázquez, Simeón Vazquez, Venancio López, Doroteo Acosta, Gregorio Roa, Guillermo Duarte, Pablo González Barreto, Laureano Acosta, Victorio Bogado, Ricardo Verón, Alejandro Céspedes, Julio Penayo, Juan Ramón Ocampo, Gilberto “Chive” Acosta, Martín Villar, Agustín Báez Araujo, Juan Simón Rojas, Claudio Paiva, Frabriciano Morel, Manuel de Jesús Pereira, Cayetano Sosa Vargas, Efigenio Ortigoza, Tranquilino Riveros Zarza, entre otros, son grandes héroes de la patria, héroes abaienses.
En 1940, fallece el ya Gral. y presidente del Paraguay Jose Felix Estigarribia, ascendido como Mariscal. En esa misma escala de tiempo se sucedía un acontecimiento bélico de dimensiones globales: La segunda Guerra Mundial (1939 – 1945). Esta vez, los abaienses no fueron participes directos, pero sí indirectos. Paraguay, por medio del gobierno militar de Higinio Morinigo, exportaba a los EEUU carne, granos, algodón, hasta maderas que serían utilizadas en la contienda. Esto favoreció a muchos agricultores abaienses para vender sus productos, que eran transportados por el ferrocarril, siendo una fuente importante de ingresos en la década de los 40, aunque la falta de medios de comunicación en la época, hizo que el abaiense quizás no haya sido consciente del destino final de sus productos.

En Paraguay, tras un breve romance con la democracia, sobrevino una guerra civil en 1947, después de la Segunda Guerra Mundial. El poder terminaría en manos del Partido Colorado y desde 1948 hasta 1954 se pasearían fugazmente por el palacio de López 6 presidentes, hasta la asunción del Gral. Alfredo Stroessner. Era el ocaso de una noche larga.

Un año después de la asunción de Stroessner, se construye el primer oratorio del pueblo, en honor a San Sebastián, cuya fiesta patronal se festeja el 20 de enero. El encargado de dirigir las obras fue Cleto Escurra. Entre 1956 y 1957, el Padre Carlos Heine, cura párroco de San Juan Nepomuceno, delimita los primeros barrios, como Itacurubi, Borda Guazú, Borda’i (Hoy San Valentin), Piray, Kamba’i, Torin San Pablo y San Antonio, cada una tendría un oratorio. En 1958, Abai se independiza de San Juan Nepomuceno como parroquia, siendo los primeros indicios de una futura independización distrital.

El general Alfredo Stroessner tenía una especie de fuerza “anti comunistas” como la Artillería, con asiento en Paraguarí, al mando de José Sardi; la Armada, a cargo del contralmirante Gabriel Patiño, la Fuerza Aérea, al mando del general Abdón Caballero Álvarez y el Regimiento de Infantería N° 14, a cargo del coronel Patricio Colmán; éste último fue enviado a Abaí en 1960, se instaló en la casa del señor Cleto Escurra, con el objetivo de detener al grupo de 54 personas que ingresaron al país desde la Argentina, con la columna guerrillera Ytororó, del Frente Unido de Liberación Nacional.
El general Colman, tuvo alta responsabilidad para la distritación de Abaí, ya que era un fuerte nexo y gestor ante el entonces Ministro del Interior Edgar L. Insfran, durante el gobierno de Stroessner.

Adolfo Vázquez, quien fue el primer Juez de Paz del pueblo, se atrevió a soñar con un Abaí independiente, así se juntaron grandes hombres como Cesar Santiago Morel, Bartolomé Benitez, Sindulfo Careaga, Félix de Valois Brizuela y su hermano Julian, Manuel Esquivel, Celestino Araujo, Ta’ino Portillo, Juan Antonio Achar, José Vargas, Simeón Vázquez, Timoteo Santa Cruz, Justo Acosta, Asunción Arzamendia, Carlino López, Gabriel Servian y el mismo Cleto Escurra con la visión de distritar Abaí.

Cuenta don Carlino López, que las reuniones se hacían en la casa del señor Adolfo Vázquez.
Para las gestiones en la capital, Adolfo Vázquez, Cesar Santiago Morel y Bartolomé Benitez realizaban frecuentes viajes en tren, por supuesto, acompañados de las noticias de la época que se escuchaban entre pitidos, como los cuatro goles que hacia el paraguayo Eulogio Martínez al Real Madrid jugando por el Barcelona y los cientos de casos ñemombe’u, tampoco faltaban aquellos trovadores que con sus guitarras amenizaban tan largo viaje.

El General Colman tuvo el apoyo de los abaienses en la captura de los revolucionarios; estaba en deuda, así que apoyó fuertemente la distritación, que se logró en mayo de 1960, reconociéndose oficialmente, Ley 690 mediante, del 4 de octubre del mismo año.
En dicha Ley, el nombre del distrito se escribe con “b” y no con “v”, sin pusó, pero con acento en la «i». El nombre oficial del distrito es Abaí.

Dos años más tarde, ya con la llegada del Padre Juan de Dios Bogado, más conocido como Pa’i Bogado, se construiría el templo de la ciudad. La plaza ubicada en el centro de Abaí lleva su nombre, con justicia, en reconocimiento a su lucha por la línea de paz y la integración entre los abaienses. Comprometido con su biblia –cuenta el Prof. Augusto Bogado- llevó la palabra de Dios a muchos rincones del distrito, a pesar de sus impedimentos físicos.

Con la caída de Stroessner en 1989, se crearon en el país las intendencias. El primer intendente por designación directa del entonces presidente Andres Rodriguez fueJuan Ramón Troche, nombrado por decreto Nº 258 del 24 de mayo de 1989. La primera intendeta electa por medio del sufragio fue la Prof. Celina Roa de Morel. Le sucedieron en el cargo Avelino Lopez, Marcelo Lopez, Andres Avelino Lopez, Augusto Martínez, Alipio Acosta y actualmente el Dr. Christian Acosta.

En la actualidad el distrito de Abai cuenta con aproximadamente 30.000 habitantes, con un 4,16% de crecimiento poblacional, siendo el mayor del departamento en la última década. Tiene superficie total de 2018 km2, con 54 compañías,

Los Aché y los Mbya Guaraní, son las 2 parcialidades indijenas con asentamientos propios en el distrito de Abaí.
El rico suelo ha hecho que innumerable cantidad de inmigrantes, en su mayoria de origen brasileño, se asiente en el distrito, principalmente hacia el noroeste, el cual es denominada “zona alta” debido al terreno alto predominante.

La zona suroeste o “zona baja”, es una gran planicie regada por las aguas del arroyo kapiibary, lugar en el cual se asienta la capital del distrito y la mayor parte de la población.

Los habitantes del distrito se dedican a la agricultura mecanizada, la ganadería y la actividad forestal, Gran parte de la superficie del distrito se encuentra sobre el acuífero guaraní.

En la zona se encuentra la reserva privada Ypety, dentro de la Estancia Golondrina, además de la mayor superficie del Parque Nacional Caazapá.

En cuanto a educación, el distrito cuenta con 4 superviciones, 9 centros educativos, 60 instituciones de escolar básica, 19 de nivel medio y 8 especiales para jóvenes y adultos.

Abaí cuenta con un centro de salud, 7 unidades de salud familiar y 3 puestos de salud.

La seguridad del distrito está distribuida en 6 comisarías.

El deporte reinante es el futbol. La liga Abaiense de Futbol, el cual participa en competencias de la UFI, la integran actualmente 10 clubes.

Abaí pretende ser un referente cultural del departamento de Caazapá, con expo folklore y el festival del Capiibary purahey, ya considerado uno de los mejores del país.

Abaí sigue creciendo junto con sus pobladores. Cuando nuestro tren sale del carril, unámonos siempre para siga su trayecto. Asi como hicieron nuestros padres, abuelos y bisabuelos.